Cambios en el mercado inmobiliario a partir de las medidas anunciadas hoy por el Ministerio de Economía
1. ¿Qué cambios se vienen en el mercado inmobiliario tras las medidas de ARCA y el Ministerio de Economía?
Desde mi punto de vista, lo que estamos viendo es una señal clara de desmonte del Estado fiscalizador y entorpecedor del derecho de propiedad y de libre transacción. Al eliminarse los regímenes informativos como el COTI, el CITI escribanos y otras declaraciones absurdas, se desburocratiza la compraventa inmobiliaria.
Esto reduce el costo de transacción oculto, mejora la velocidad de los cierres, y libera el flujo de ahorro informal que estaba atrapado debajo del colchón. ¿Resultado? Más operaciones, más velocidad, más liquidez.
⸻
2. ¿Los departamentos usados y nuevos tendrán mayor dinamismo?
Sí, sin duda. El mercado usado va a traccionar fuerte, porque es más accesible para el comprador con dólares en mano que hasta hoy no quería aparecer en un registro estatal. Pero el mercado de obra nueva también va a crecer, especialmente donde los desarrolladores puedan estructurar fideicomisos en dólares billete, con contratos simples, sin riesgo tributario ni fiscalización hostil.
Este es el tipo de escenario que necesitamos los que creemos en el libre acuerdo entre privados. Eliminar trabas permite liberar el mercado, y eso se traduce en dinamismo.
⸻
3. ¿Qué puede pasar con los valores inmobiliarios?
Es lógico esperar un reacomodamiento alcista de precios en dólares. No por inflación ni por “especulación”, sino porque cuando el Estado deja de castigar la tenencia y circulación del capital, la demanda sana se activa.
La vivienda estaba infravalorada en muchos segmentos por el contexto de trabas fiscales y monetarias. Hoy, con menores restricciones, el precio vuelve a reflejar una mayor libertad de acción para compradores e inversores.
No es que suben los precios: vuelve a subir el valor del derecho de propiedad.
⸻
4. ¿Estas medidas afectan el costo de la construcción? ¿Puede bajar?
No directamente, pero sí de forma estratégica e indirecta. Si se libera capital privado para obra, los desarrolladores pueden:
•Acordar mejor con proveedores.
•Financiar acopios.
•Evitar sobrecostos de burocracia, auditorías, controles e inspecciones infértiles.
Además, un entorno de mayor previsibilidad y sin amenazas tributarias estimula la competencia entre oferentes de materiales, lo que sí puede ayudar a frenar subas o incluso bajar costos en dólares constantes.
⸻
5. ¿Cómo pueden eficientizarse los costos las desarrolladoras, constructoras y empresas proveedoras?
Acá está la clave: menos miedo, más escala y más estrategia. Algunas ideas concretas que yo mismo aplico o recomiendo:
•Contratos en dólares sin sorpresas: si no hay miedo a informar o ser denunciado, se puede negociar todo en limpio.
•Acopios inteligentes y logísticos: compras programadas con proveedores que aseguren precio y entrega.
•Revisión integral de estructura impositiva y societaria: ahora se puede operar sin el corset artificial del control fiscal.
•Prefabricación, construcción en seco y eficiencia energética: el costo ya no está en los materiales, sino en la logística y el tiempo.
Todo parte de una base: cuando el Estado deja de obstaculizar, el empresario puede enfocarse en crear valor.
⸻
Reflexión final
Esto que se ha anunciado no es un simple cambio técnico, es una declaración política: el gobierno deja de perseguir al que trabaja, al que ahorra, al que invierte y al que construye.
Si esta línea se mantiene, estamos frente al inicio de una verdadera revalorización del capital inmobiliario argentino. Y como siempre digo: el mejor momento para invertir es cuando los fundamentos cambian, no cuando los diarios lo reflejan.